La controladora y exigente MILF Robbin Banx se muda hoy y no está de buen humor. Menosprecia a sus promotores, Keiran Lee y su compañero de trabajo, quien está tan molesto con sus demandas que renuncia en el acto. Robbin se encuentra a solas con Keiran, quien pierde la calma y le exige que le muestre algo de respeto. La rubia tatuada no está acostumbrada a que le hablen así, ¿y quién lo hubiera pensado? ¡La enciende! ¡Poco sabe Keiran que todo lo que Robbin necesita para un control de humildad es una gran polla en su apretado coño!