Chuck no puede creer que la linda rubia Braylin Bailey pueda permitirse alquilar su gran casa, pero ella es una científica espacial genial con un salario acorde. Braylin realmente quiere el lugar, pero Chuck no aceptará un soborno… al menos, uno en efectivo. Cuando Braylin se quita el vestido y juega con su pequeño coño afeitado, Chuck está perdido y pronto está metiendo la cara entre sus piernas. ¡Braylin le chupa la polla y lo cabalga, dándolo todo para ser elegida como la nueva inquilina!