Gina va de camino a conocer a su nuevo sugar daddy John. Está cansada de viejos pedos que no están a la altura de sus estándares. A la sexy rubia le encanta ir de compras de vez en cuando, pero lo que realmente necesita es un buen papi que pueda follársela bien. Gina se sorprende felizmente cuando se lleva bien con John. El hombre es auténtico, un tipo que puede pagar lo que ella quiera y pide poco a cambio. Después de comprar lencería sexy, Gina va a la habitación de John y le muestra a su nuevo sugar daddy lo agradecida que está.