Blaire está sentada junto al sofá hablando con su novio por teléfono, está súper cachonda y quiere desesperadamente que él regrese a casa para complacerla. El caso es que está en el trabajo y a punto de entrar a una reunión. Al ver que no le queda otra opción, acaba tocándose para excitarse. Mientras lo hace, alguien empieza a llamar a la puerta. Ella lo ignora, pero los golpes continúan. Frustrada, se levanta y abre la puerta. Es Berry, una amiga de su hijo de la universidad. Ella rápidamente le dice que se vaya, que su hijo no está en casa. Vuelve a masturbarse sólo para ver que Berry la está espiando y masturbándose. Ella lo confronta afuera. Ve la gran corrida que dejó en la ventana y empieza a lamerla. Ella no pierde el tiempo para traerlo al interior de la casa y tener una loca sesión de sexo. Todo lo llevó a correrse sobre su bonita cara.