Quincy Roee y su esposo están buscando comprar su primera casa y han contado con la ayuda del hábil agente inmobiliario Dante Colle. Rápidamente queda claro que el marido de Quincy es tenso, nerd y desinteresado en las insinuaciones de su esposa, por lo que rápidamente pone su mirada en Dante. Mientras recorren la casa, Quincy muestra furtivamente a Dante e incluso se masturba frente a él mientras su esposo está de espaldas. Mientras su esposo se dirige al sótano, Quincy intenta acercarse a Dante, quien duda en devolverle su afecto. Sin embargo, cuando Quincy le hace a Dante una mamada furtiva durante una charla con su marido, ¡su vacilación se convierte en un entusiasmo total por un polvo atrevido y engañoso! ¡Quincy no solo se va satisfecho, sino también con una casa nueva!