Sarah está en esa edad en la que siente curiosidad por el sexo y todo lo que lo rodea. Al ser la hija del reverendo, es difícil acceder a la información, por lo que la inocente niña virgen está un poco perdida. Un día intenta robar un par de DVD porno del centro comercial, pero Rusty, el guardia de seguridad, la atrapa fácilmente. Sarah, una pésima ladrona, no logra ocultar los bienes robados, lo que despierta la curiosidad de Rusty sobre por qué está robando pornografía.Pronto se da cuenta de que acaba de detener a la hija de su pastor y que la niña sólo quiere explorar su sexualidad. Después de una exhaustiva búsqueda de cavidades, Rusty llega a un acuerdo con Sarah: ella puede irse si juega con la polla del oficial. De rodillas, Sarah le ruega a Jesús que la perdone antes de tragarse la polla de Rusty y disfrutar cada segundo. Sarah comprende que encontró lo que estaba buscando mientras el oficial la atiborra, reventando su cereza de la manera más caliente posible.