Potro y Ginebra no pueden quitarse las manos de encima. Son tan apasionados y cachondos que ni siquiera pueden esperar hasta llegar a casa. Mientras caminan, se encuentran con un depósito de chatarra abandonado que parece estar completamente vacío. Se cuelan y no pierden el tiempo. Se desnudan y ella le hace una mamada descuidada de la que no se cansa. Encuentran un lugar para sentarse y ella salta primero sobre esa polla. Se la folla en su estrecho ojete hasta que se estira del tamaño de un neumático de coche. Follan en múltiples posiciones y él le da una carga enorme que ella se traga. Son atrapados por un trabajador pero, afortunadamente, terminaron exactamente lo que tenían que hacer.