Cuando Blanka Blue se da cuenta de que su espeluznante vecino Kevin White se asoma a su habitación mientras se cambia, decide darle una lección y le envía una invitación haciéndose pasar por su hija para invitarlo a cenar. Kevin llama a la puerta y, tan pronto como entra, Blanka revela sus verdaderas intenciones, dominándolo por completo y arrastrándolo al dormitorio donde exigirá que la follen por el culo.