Si hay algo sagrado en la rutina matutina de la traviesa Madi Collins, es su sesión de montar un consolador mientras se ducha. Nada le impedirá saltar sobre su mejor amigo de látex, ni siquiera su compañero de cuarto, Ricky Johnson, que necesita desesperadamente cepillarse los dientes antes de ir a trabajar. Después de esperar un rato frente a la puerta del baño, Ricky harto irrumpe. Madi está tan interesada en su pequeño juego sexual que no se da cuenta del compañero de cuarto ahora cercano, que la mira en estado de shock. ¿Ricky interrumpirá a Madi en su actividad favorita para reclamar el baño, o simplemente observará, esperando pacientemente a que la hermosa compañera de cuarto llegue al clímax? Parece que la última opción es la mejor, especialmente cuando se da cuenta de que su lujuriosa compañera de cuarto fantasea con él.