Isis Love trabaja como dominatrix profesional, pero en casa es otra historia. Después de que Isis termina con su último cliente sumiso, cobra su paga y se dirige a casa con su esposo, Ozzy Lusth, de quien es una esposa sumisa. A Isis le encantan las buenas nalgadas de su esposo, y está feliz de hacer lo que él dice, que le toquen los dedos y la follen de todas las formas que él desee hasta que su coño mojado se llene con su semen.