La bomba rubia Kay Lovely terminó casándose con un tipo rico pero aburrido… Ahora, cada vez que él la toca, no puede evitar pensar en el atractivo Big Tre. Su fantasía se apodera de la realidad cuando su marido está a punto de tener sexo con ella. Kay casi puede sentir la ágil lengua de Tre en su coño y sus cálidas manos alrededor de su cintura. Mojada y con ganas de follar, Kay puede atestiguar: el mejor órgano sexual suele ser el cerebro y su poder imaginativo.